La Dirección General de Tráfico se pone las pilas en la autovía A55 Vigo-Porriño y está colocando 2 radares móviles, ambos con trípode y escondidos, que se unen a los fijos existentes en el Meixoeiro y las curvas de Tameiga.
En todos estos tramos está prohibido circular a más de 80 kilómetros por hora, como en la mayor parte de la carretera. No obstante, esta velocidad se supera con facilidad en el punto en donde se ha colocado el nuevo aparato, ya en las proximidades de la avenida de Madrid en dirección a Vigo, por lo que previsiblemente se convertirá en una trampa para los conductores y un filón en multas.
El radar se instala habitualmente a la altura de la salida 665, y su principal característica es que se ha camuflado detrás de una señal que advierte sobre una isleta de salida de la A-55. Se encuentra en dirección a Vigo, a la altura de la parroquia de Bembrive, poco después del vial que conduce hacia el hospital del Meixoeiro.
No es el único colocado por la DGT. Al menos hay otro más en el descenso de Puxeiros, a la altura de las curvas de Tameiga. La última vez que fue localizado estaba oculto al lado de un taller de coches y camiones, apenas 100 metros antes de la gasolinera, donde hay otro radar permanente y la limitación de velocidad a 60 kilómetros por hora.
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