Una nueva cabina de radar fijo se instalará desde mañana en Pamplona, en concreto en la avenida de Guipúzcoa, cerca de donde ocurrió el último atropello mortal.
Se trata de una de las cuatro cabinas de radar que la DGT cedió a Pamplona y que se suma a las siete ya instaladas por el consistorio pamplonés.
La colocación de este nuevo punto de control de velocidad ya estaba prevista antes de que ocurriera el accidente de agosto, que costó la vida a una ciclista.
El conductor circulaba a más de 100km/h y triplicó la tasa de alcoholemia. Luego, las cámaras demostraron que en el accidente también concurrió que la ciclista no respetó su semáforo en rojo.
En cualquier caso, se trata de uno de los accesos de la ciudad que desde el área de Seguridad Ciudadana se quiere trabajar para rebajar la velocidad.

La nueva cabina podrá sancionar en los dos sentidos, tanto de entrada como salida de la ciudad.
No siempre contará con un cinemómetro (medidor), ya que los dos aparatos con los que cuenta Pamplona irán rotando por los otros siete puntos de la ciudad donde también hay cabinas.
Junto a esta medida, también se colocará un sensor en la calle Santa Lucía que regulará el semáforo: se pondrá rojo cuando se supere la velocidad reglamentaria de 50 km/h.